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Grey Gardens
El derrumbe que fascina

Una mañana de 1970, Jerry Torre, un muchacho que había huido de su casa, volvía en su bicicleta cuando descubrió un camino que nunca había tomado y decidió seguirlo. A poco de andar quedó sorprendido al toparse con una mansión abandonada y cubierta por la maleza. Había llegado a Grey Gardens. Allí, rodeadas de basura, mapaches y gatos, vivían Edith Ewing Bouvier Beale (Big Edie) y su hija Little Edie, la tía y la prima de Jaqueline Bouvier Kennedy Onassis.

La mansión ubicada en East Hampton, Nueva York, lugar de veraneo de la aristoracia neoyorquina, era una casa de estilo Shingle con 14 habitaciones y había sido construída en 1897 por el arquitecto Joseph Greenleaf Thorpe a pedido del matrimonio Phillips, dueños del Detroit Free Press. El lote, ubicado frente al mar, medía 4 acres (algo menos de 2 hectáreas). 

 

En 1913 la propiedad fue adquirida por Robert C. Hill y su esposa Anna Gillman Hill. Ella es quien contrata a la diseñadora y paisajista Ruth Bramley y hace traer de España muros ornamentados para encerrar el jardín de la mansión y darle un lugar central.

Pasan diez años y la casa vuelve a cambiar de manos, y es entonces cuando Phelan Beale, un abogado financiero, compra Grey Gardens. Se había casado en 1917 con Edith Ewing Bouvier y tuvieron tres hijos, Edith (a quien llamaban Little Edie), Phelan Beale y Phelan Jr.

Edith pertenecía a una familia de la haute société estadounidense, y si bien su madre Maude Seargeant descendía de los "kent" de Inglaterra, su bisabuelo fue un simple inmigrante del sur de Francia que hizo fortuna fabricando muebles finos, vendiendo leña y especulando con el negocio inmobiliario.

La vida familiar de Edith transcurría entre el piso del 987 de Madison Avenue en Nueva York, (donde hoy está el hotel Carlyle) la casa de East Hampton y su carrera de cantante aficionada. Sin duda la familia llevaba una vida muy apacible y hasta de cierta displicencia, pero a diferencia de otras sociedades como la española, la francesa o la rusa, las aristocracias anglosajonas tenían comportamientos distintos debido a la influencia del cristianismo protestante que valora el trabajo y la productividad. La pereza no es admitida en ninguna clase social. El ocio debe estar dedicado a Dios y a la oración. 

En 1931 el matrimonio se separa. Edith se queda con Grey Gardens y una pensión alimenticia para sus hijos. Comenzó a cantar en clubes y cabarés y en 1942, tras presentarse a la boda de su hijo vestida como una estrella de ópera, su padre, cansado de sus excentricidades, la deshereda. Por esos años es cuando conoce a George Strong Gould, un pianista y compositor que se transforma en compañero, confidente y tal vez su amante. 

Al no poseer ingresos su situación económica se va deteriorando, también sufre un robo y entonces es cuando comienza a no salir de su casa.

En 1952 su hija Little Edie regresa a vivir con ella luego de estar cinco años en Manhattan y desde ese momento las dos mujeres comienzan a recluirse en la mansión y lentamente son olvidadas por todos.

 

En octubre de 1971, la Junta de Salud del Condado de Suffolk, ordenó allanar Grey Gardens y encontró violaciones a varias ordenanzas. La casa no estaba apta para la vida humana y la policía se preparó para desalojar a las dos mujeres. Este proceso fué suspendido porque Jaqueline y Ari (Onassis), pagaron 30.000 dólares para limpiar y hacer la mansión, al menos, habitable.

Al año siguiente es cuando los hermanos Maysles realizan un documental al estilo cinéma vérité, llamado Grey Gardens, en donde se pueden ver escenas de la vida privada de madre e hija, dentro y fuera de la casa. Aún se aprecia la suciedad que hay en la mansión y el estado de abandono de la propiedad mientras Little Edie canta y baila luciendo modelos de ropa que ella misma improvisa. Cubría su cabeza con pañuelos, (sufría alopecia) y se cambiaba doce veces por día.

A través de Andy Warhol, que en aquellos tiempos las visitó y del éxito del documental de los hermanos Maysles, estas mujeres se convirtieron en objeto de culto, no solo en el mundo de la moda sino también, curiosamente, en ambientes homosexuales.

En 1977 muere Edith. Su hija, Little Edie le vende la propiedad a Sally Quinn, la mujer de Ben Bradlee editor del Washington Post, con la condición de que no derribara la casa. Entonces el matrimonio Bradlee realiza, con la ayuda del arquitecto E. L. Futterman, un detallado  proceso de restauración que dura un año.

A la muerte de Bradlee, Sally Quinn decide poner en venta la casa, junto con objetos de los Bouviers que ella había conservado.

 

Crónica en la crónica.

 

Juana Libedinsky nos relata que el 17 de Noviembre de 2017, a las cuatro de la mañana, David Bell y Tom Preston, dos anticuarios de Georgetawn, Washington, esperan la subasta en la puerta de Grey Gardens para hacerse de algún objeto de la mítica mansión. Quieren ser los primeros, pero a los pocos minutos ven llegar un auto que se estaciona detrás de ellos. Conversan con el conductor acerca de la pasión que comparten por la histórica casa y por el documental de los Maysles.

Cuando estaban a punto de despedirse, los anticuarios le preguntan al muchacho de qué trabajaba. -Soy músico, dijo. -¿Tocaste en alguna banda conocida? -Soy el guitarrista de los Red Hot Chili Pappers. Ese día, Josh Klinghoffer se llevó muebles de hierro del jardín de Grey Gardens.

 

 

El derrumbe.

 

Se suele pensar que la locura solo le sucede a los pobres, y que a los ricos les sobrevienen ocurrencias y excentricidades.

En una escena del documental Grey Gardens, Little Edie canta: "...la magia de los sueños se hace realidad..." mientras a su alrededor todo se desmorona. El exterior queda silenciado.

En la película No home movie, Chantal Akerman nos habla del silencio de su madre, una sobreviviente del Holocausto. En sus relatos, Auschwitz nunca aparece, lo mismo que en las mujeres de Grey Gardens hay una fortaleza en la reclusión y el silencio.

Little Edie mira a cámara y dice: -Staunch, staunch, s-t-a-u-n-c-h; se puede ver una actitud de resistencia, una dialéctica violenta entre el interior y el exterior; dentro, el tiempo se desvanece, no existe conexión con la realidad sino una indagación a la memoria (a través de viejas fotografías, Shakespeare, Julio César, Hawthorne) que las remite a un pasado feliz. Como en el mito del eterno retorno, hay una época fundacional en la construcción del yo como un relato y hay un pasado traumático silenciado.

 

 

Fascinación.

 

En los laberintos del alma, todos nos perdemos alguna vez, y por crueldad, por resentimiento, o por los motivos más banales, muchos se fascinan cuando el encanto aristocrático se derrumba.

                                                                                                 

 

                                                                                                                            Archibald Fernández

                                                                                  

Little Edie y su prima Lee Radziwill (hermana de Jackie Bouvier Kennedy)

Jerry Torre, lo llamaban "El fauno de marmol" en referencia al cuento de Hawthorne.

Little Edie frente a la mansión Grey Gardens. 

Big and little Edie Bouvier en el dormitorio.

Little Edie

Big y Little Edie 

Little Edie y Andy Warhol.

Trailer del documental "Grey Gardens" de los hermanos Maysles.

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